Zona Común | Metáforas visuales del tránsito, el origen y el deseo de pertenencia

En Zona Común, una casa modesta emerge en el centro de una escena imposible: se posa sobre un extenso y ondulado tapiz de flores rosadas del árbol de pomarrosa, recogidas y fotografiadas como materia viva, como memoria vegetal. El entorno no es un paisaje tradicional, sino una construcción afectiva que invoca el recuerdo del origen desde el exilio, desde la distancia emocional o geográfica que produce la migración.

Esta casa, construida en ladrillo y sostenida por un techo de zinc, podría ser cualquier casa de periferia, de campo. Su presencia austera, sin ornamentos, revela una estética del habitar cotidiano, pero al mismo tiempo, su emplazamiento sobre ese suelo floral la sitúa en un plano de irrealidad: no está ubicada en un territorio físico reconocible, sino en uno simbólico, emocional, subjetivo, la casa que todos hemos tenido, no necesariamente una casa concreta, sino un espacio simbólico que llevamos dentro: el origen, la raíz, el primer refugio.

Las flores rosadas, repetidas y reconfiguradas en una composición casi textil, evocan lo efímero y lo bello que se pierde al caer. Son los restos de una estación, los rastros de un árbol que floreció y dejó su huella sobre el suelo. En este gesto de recoger y reordenar esas flores en torno a la casa, se produce un acto de resistencia y reconstrucción de la memoria: un intento de coser el pasado con el presente, de volver a mirar el lugar del que se parte, con la conciencia de que ya nunca será el mismo.

Zona Común se presenta, así como una metáfora visual del origen, no como lugar fijo, sino como estado afectivo, como necesidad profunda de reencuentro con lo que fuimos. La casa, suspendida en el centro, no camina ni se disuelve: permanece, como núcleo de una identidad migrante que se pregunta dónde habitar ahora.

Esta obra abre la serie Zona Común, una trilogía que aborda la migración desde lo íntimo, lo corporal y lo simbólico. Aquí, el territorio no se mide en coordenadas, sino en deseos, recuerdos y fragmentos de un hogar que se lleva por dentro. Es en este tejido de memoria donde se construye lo común: ese suelo compartido de quienes migran, sueña con volver, o reconstruyen su origen desde el lugar donde ahora están.

Fotocomposición de una casa sobre un tapiz floral, metáfora y origen en la memoria migrante
Zona Común

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