Proyectos

«Dueñas de Casa»

La serie«Dueñas de Casa» está compuesta por cuatro retratos de mujeres. En cada una de las imágenes de la serie se aprecian elementos que comparten comúnmente ellas, como el dibujo de la casa y el croquis de la ciudad en el fondo. Los demás elementos son particulares, propios de cada una, como algún espacio de la casa u objeto preciado.La Figura central,una mujer, consumida por el rótulo “dueñas de casa”; ¿qué otro nombre podría pensarse en esta constelación de funciones?  que en la vida familiar, en muchos casos sigue siendo un estereotipo vivo, una manera de pensar y de actuar que reproduce esos nudos de sentido que han sido habituados por las mismas prácticas culturales femeninas normatizadas.

Estas mujeres presentes, necesitan resignificar su trabajo mágico, bello y noble y se permiten retratar como las reinas del hogar y “dueñas de casa”, y que su rostro este cubierto, lo cual hace que se confiere la posibilidad de convertirse en alguna o cualquier mujer, que en estas condiciones sociales se manifiesta.

Todas cumplen una labor dentro de la casa y fuera de ella, una vida de responsabilidades que las consume, así esté presente el esposo y padre de sus hijos, ellas se encargan de las labores domésticas, por ser propias de ellas, salen a trabajar y tienen que recorrer parte de la ciudad para llegar allí. Eso es parte de la vida diaria de estas “dueñas de casa”, es un constante ciclo temporal y eterno, un sentido no codificado, que [1]Pierre Bourdieu describe como violencia simbólica. Violencia que no se manifiesta físicamente, violencia moral, mecanismo de control social y de reproducción de desigualdades.

«violencia amortiguada insensible e invisible para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de caminos puramente simbólicos de la comunicación y del conocimiento o, más exactamente, del desconocimiento, del reconocimiento o, en último término, del sentimiento” Pierre Bourdieu

[1] Sociólogo francés, uno de los más destacados representantes de la época contemporánea

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«Raíces del aire»

Frágil es la memoria, como también es frágil el entorno natural, que cotidianamente es afectado, ya sea por la mano del hombre, por la misma acción de la naturaleza o por los sentidos múltiples de la existencia. Nuestro entorno natural es un paisaje, que puede ser concebido como soñado o como paisaje elegido, como dice *Juan Eduardo Cirlot en el diccionario de los símbolos. Partiendo de aquel paisaje soñado o elegido, aquel paisaje buscado en el interior, se crean una serie de imágenes que componen espacios, en los que coexisten registros de materiales naturales y artificiales, y en los que, por medio del lenguaje visual, ejercen una reflexión acerca de la fragilidad de la vida, el tiempo, la memoria y las dificultades esenciales del hombre. La casa se constituye en una parte esencial de estos paisajes y se sustenta junto con la naturaleza que la rodea, en aquel lugar simbólico que mantiene el imaginario y la convierte en una referencia intima del ser. La casa como menciona el simbolista y poeta Juan Eduardo Cirlot, se transforma en nuestro cuerpo. En “Raíces del aire” se articulan elementos simbólicos repetidos, y escenarios comunes, que crean espacios que se funden entre la realidad y imaginación.

“Raíces del aire” convoca a mirar hacia adentro, confrontar asuntos íntimos como la transitoriedad, la vulnerabilidad, las raíces y el origen.

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«Pensamientos afectivos»

Serie que recrea algunas formas simbólicas, donde los recuerdos y afectos cobran importancia y referencia a estereotipos femeninos, que históricamente se han definido por las diferentes interacciones sociales y culturales. La casa se presenta como un lugar revelador, también signo del cuerpo femenino representado en este espacio doméstico, cuyo entorno cotidiano se convierte en un recinto de paredes permeables, donde lo de adentro y lo de afuera se comunican, en donde las distintas maneras de vida extienden su dialogo y se intercambia recíprocamente

La casa se constituye en una parte esencial de estos paisajes y se sustenta junto con la naturaleza que la rodea, en aquel lugar simbólico que mantiene el imaginario y la convierte en una referencia intima del ser.

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«Intervalos breves I, II, y III»

Breves relatos de situaciones, donde coexiste un tiempo y un espacio que convergen en momentos anhelados o difíciles y que el espectador probablemente puede conocer o recuerda. Los personajes en pequeña escala que figuran en cada una de las composiciones, cobran existencia y se enfrentan a circunstancias que los exceden en escala y posibilidades. 

 

«Intervalos breves II«

«Intervalos breves III» 

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«Paisajes a prueba de todo»

Paisajes imaginarios, dónde fotografías de elementos urbanos se entrelazan, pasando fácilmente de lo real a lo ilusorio, estableciendo fuertes relaciones entre el hombre y el territorio que habita, posibilitando todas las percepciones y conexiones del ser con la realidad de lo habitual, como una condición abstracta de la vida. Paisajes que posibilitan diferentes lecturas y percepciones de nuestra cotidianidad.

 

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«Convergencias»

La serie se compone de fotografías de algunos paisajes recorridos en el pasado y el presente, que, junto con la presencia de un objeto personal como la maleta, conduce a la artista a recordar la memoria fragmentada de la infancia.

La vieja maleta transporta a las vivencias pasadas y ese poder evocador explora y posibilita volver a los íntimos, frescos o transitorios y tal vez olvidados episodios de la vida, a los que algunas veces nos hemos asomado.  La maleta es aquí también el referente de viaje, lugar de paso o también el deseado o indeseado desplazamiento. En la obra “Convergencia” la atmósfera devela un tiempo pasado desde el presente, logrando velar algo de verdad y así ir tejiendo la vía que recupera la memoria y nos aleja del olvido. 

 

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«Espejismos «

Imágenes construidas a partir de aquellos paradigmas mentales que se van creando sobre la ciudad, y que fortalecen los imaginarios, convirtiendo muchas veces esta estructura social en falsas ilusiones, que sumadas proyectan fantasía, dando como resultado una ciudad producto de un deseo.

«Pero cada hombre lleva en la mente una ciudad hecha sólo de diferencias, una ciudad sin figuras y sin formas, y las ciudades particulares la rellenan. Pero no tiene sentido dividir las ciudades en ciudades felices o infelices, sino en otras dos: las que a través de los años y mutaciones siguen dando forma a los deseos y aquellas en las que los deseos o bien logran borrar la ciudad o son borrados por ellas». «Las ciudades como los sueños, están construidas de deseos y de miedos» Ciudades invisibles de Ítalo Calvino. 

 

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«Lugares de ausencia»

«Lugares de Ausencia» se compone de fotografías de espacios o paisajes vacíos, sin uso o deshabitados. Un espacio que se llena con la mirada consciente, reflexiva del observador situándolo dentro de un contorno que finalmente puede ser el de su propia existencia.
Las fotografías se montan sobre láminas que se unen formando un cubo, permitiendo observar en su interior un panorama construido con las imágenes. 

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«Tienda de barrio»

La idea de los imaginarios radica en la producción de una imagen visible y abstracta de las representaciones sociales que se encuentran en algún espacio determinado, la tienda de barrio es uno de ellos. A partir de estas representaciones, de estas realidades en el entorno urbano, se suscitan imágenes mentales que son la materia prima para la construcción de  un imaginario que se hace social cuando se comunican.

Estas representaciones socio-culturales y simbólicas pueden ser individuales o colectivas, y se originan por el uso y apropiación cotidiana de cualquiera de estos.La tienda es parte de las cotidianidad en muchas regiones, ha sido un espacio urbano altamente posicionado. Este elemento presente y aun esencial, se ha constituido desde la colonia, en la historia comercial de la región, como puntos de venta y canales de distribución. Además de ser una espacio comercial, es un espacio cultural, donde se puede observar la identidad de quienes interactúan de forma permanente, en el cual cada día se tejen relaciones  que se han mantenido y prolongado en el tiempo.

Las representaciones mentales que se han construido a través del tiempo, por la relación establecida entre tendero-consumidor, consumidor-tienda y tendero-tienda, le han dado el sentido cultural y han inducido a la creación de un imaginario.Este imaginario es el inicio para desarrollar las obras, el trabajo de campo, la realización de registros fueron evidenciando los diferentes retratos o representaciones mentales que proporcionaron información sobre lo que simboliza este espacio en el entorno urbano de una región, producto de un imaginario colectivo.La tridimensionalidad que se hace evidente en cada obra, recrea la ubicación que comúnmente, desde sus orígenes ocupan estos negocios, una esquina, dos caras en primer plano, dos entradas, espacio cúbico que encapsula en el tiempo y se mantiene. 

 

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