Las diferentes formas de vida, características del mundo contemporáneo, generan y acumulan todo tipo de desechos ya sean orgánicos y/o inorgánicos y se les conoce con el nombre de basura, concepto inseparable de la vida cotidiana, permaneciendo la apreciación de ella como algo despectivo, carente de valor. A partir de este tema, se plantean una confrontación con la realidad, desarrollando una serie de composiciones de fotos de basura, sometiéndolas al juzgamiento del observador, logrando en aparente una inversión de valores estéticos y sociales, es decir convertir lo «feo» en «bonito».
Es así, que un elemento como la basura, básico en el universo del hombre, se convierte en una posibilidad discursiva que evidencia al individuo.